jueves, 3 de junio de 2010

Borrowed Time


Mis premios insensatos de angustia irritable,

¿soluciones exactas de cómo encontrarte?

mi mente estrecha pensando en el día de la última vez,

me gusta pensar que no es más, que no tiene sentido.


Que tomando las cosas muy aparte, me dejé de preocupar

que insistiendo en los días que no vi nada, me olvidé

que lo cierto que hay en todo, no tiene importancia

que la vida, me condujo lejos de la solución permanente,

permanentemente recordándome que fui estúpido por dejarla ir.


Ni los vidrios de las horas felices,

ni las luces mentirosas de los escaparates rosas;

silencio continúo en los pensamientos que bailan, de noche, de día

de balcones girando alrededor de la idea,

de los labios perfectos en el segundo eterno,

¿Tuvo idea alguna?, no lo sé.


Van a dar las diez, me dijeron

y el reloj que circulaba tierno en la pared, se me vino encima

como el cuento infantil de algunos años,

los poemas rotos de los libros perdidos, sin poetas que existiesen

sin escritores con dinero, que los derrochadores bohemios quitasen.


Sin todo eso, se me olvidó la solución,

no me digas nada, no me digas nada.


La recuerdo aún cuando te recuerdo, para ser más sincero,

cuando la carne de mi alma se funde hirviente, sincera, en los ojos de cualquiera.


Y si de sincero no me muero, pues te digo que si,

que aún te recuerdo, la recuerdo y me carcome por dentro.