miércoles, 28 de octubre de 2009

Miscelànea : Posible


El tranquilo silencio calante adornado

el pensamiento que cae inquieto entre las nubes

el sutil amo, que en el castigo piensa en su destino

el infortunio desheredado de algún lugar de la vida


El punto entre los tres días que han faltado

el silencio penetrante, en la lámpara al costado

ve inseguro, el fehaciente desamparo en el cual a quedado

el perdido vestido cincuentero de alguna dama descuidada


Sucio cenizo ardiente, pierde el encuentro de la vos

trepante acostado, va eterno caminando en la arena

la canción del sesenta que marcará el lugar

entre las selvas de Tarzàn.


En donde Zeca a reposado sus sueños

en donde Kurt a estallado, en sinfonías del noventa

cantando veinte años después desafinados acordes

a los que ya ni cuenta, a los que ya ni escucha.


Agota la reserva del estado poderoso

ensancha el país de orgullo, entre las noches

entre las estrellas, entre un asiento que no sabe ni que cuenta

entre el ombligo de aquella mujer en donde eh cantado

en donde eh gritado, en donde has llorado,

quizás entre el odio y el olvido

queda resonante aquel discurso de doscientos años


Queda la vos del argentino, y el chileno,

queda la sangre del brasileño y el boliviano

queda el amor del venezolano y el colombiano

quedan hermanos ecuatorianos y peruanos

quedan cayendo entre las fauces de la selva

la selva de Tarzàn, en donde Zeca se a dormido


En donde van quedando, y quedando, y quedando

más, y más, tantas cosas que nos faltan por hablar.


Cosas que hay que explicar, no con palabras, no con hechos

no con poesía, ni música, no con reformas ni leyes.


Cosas que van quedando, y quedando, y quedando

en donde algún día ya ni siquiera sonarán

solo morirán olvidadas.


Tranquilas de que hicieron a este mundo lo más hermoso posible.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Tu nombre, solo a mi me importa.


Empiezo siendo el aún del momento

tentando al anonimato entero, extraño

tus cabellos y tu reflejo muriendo sobre el agua

con la sangre inacabable que dormida piensa


Se desprende de sus ropas y me a mirado

me gusta entre lo verde de su alma

me come con la mirada penetrante que entre la ventana nace

que entre sus piernas me observa


Como el bien que derrama con el cuerpo

increpa el sentido de la inocencia

me arma de miedos inquietos que rebozan

sobre ella, que ya ni siquiera me a importado


Busco entre la tristes mañanas el sol

busco en las etiquetas de nuestras bebidas

amables derrames desquisiados de locura

con el humo que nace entre la cama


Con la tranquila alma que en la cama se esfuma

con el lujurioso deseo que me invade al mirarla

y con el humo que palpita vivo sobre sus cabellos

que me a despertado sonriente,

como si ella realmente existiera


Entre los tenebrosos momentos del sentido

abre paso el tiempo de la muerte

el paso entre nuestras ropas y la puerta

entre un café y un beso inconsciente


En creer que me amas, y alterar todo

desde la mañana no entiendo lo que sigue

no entiendo porque no hablas

no veo el momento en el que soy parte de ti

en donde me hago poeta casi como se hace la noche

en donde ya no veo la hora de volver a donde estabas

y dormirme quieto entre tu brazos

de sentir que aún somos algo, aunque ya ni me acuerde porque te buscaba.

sábado, 10 de octubre de 2009

Los Tres Tristes Caìdos de la Noche


En la penumbra de la lámpara adyacente

entre las fotos de Vergara mirando

el vino sonríe triunfante

en una tertulia de amor y sangre


En las cosas que hemos vivido

entre el olor calculante del cigarro trepando

entre las nubes de la sonrisa

caen entre si el porque de nuestras cosas


En turbulentas confesiones, amicales

las copas se hacen más y más grandes

se hace más sombrío el recuerdo

de nuestra vida, el más sombrío sentido de nuestra existencia


Buscamos ásperos los diálogos fecundos de nuestras mente

abrimos sin escrúpulos nuestra vida

ante personas que son nuevas

pero que inspiran confianza entre sus ojos

como si fueran amigos de toda una vida


Como si lo fueran desde hacía bastante tiempo

sus miradas caladas, su sonrisa fecunda

las equipajes y los cuadernos

la vida que pasaba entre los momentos


Los tiempos que nos han marcado

hablamos con experiencia erudita

como si fuéramos compañeros

como si lo somos, aún no lo eh sentido


Más aún entre nosotros al menos de vida existe

somos y seremos lo triste diálogos de la mesa en esa esquina

de la que somos tantos, pero a la ves solo somos un grupo

amigos, que comparten sus tesoros de vida

martes, 6 de octubre de 2009

Triste ventana, muerte anunciada.


En la ventana dormido y triste miraba el viejo

caía entonces la lluvia que sus brazos quemados mojaba

que en su mirada en las nubes, estás llevaban

su triste y desesperado beso a los labios de su amada


El viejo dormitaba sereno sobre la hamaca

que en el fuerte tronco colgaba, en silencio

en su casa, en su tierra, los cabellos de ella

todo sus sueños llenaban


En donde la mujer del viejo bailaba

sus caderas adornadas de perlas y conchas

balanceaban el mustio piso de madera

entre sus piernas la música fluía, como la lluvia

como el mar que a lo lejos miraba


Y creía él entonces en el amor

en su mujer que sus días amaba

que el tiempo no existía entre los dos

que solo había pendiente recorrido

entre las sábanas de la hamaca


Pero ahora ella desde lejos lo mira

le sopla un beso en el viento

que en su cara reposa, que en su rostro sureño

el viejo, tocaba el cuerpo de su amada

y que al oído le decía:

"No llores, que estarás aquí en la mañana"


domingo, 4 de octubre de 2009

Escrito en pedazos


El descanso eterno florece en las tardes rojas del encuentro

las flores tartamudas caen alegres entre el pasto tierno

se pierden dormidas entre los sueños del cielo

y simples aman el sol rojo, en el fondo de la vida


En sus cabellos se encuentra el mundo

en su espalda los momentos

deslizan sus manos el tranquilo pesar que sus ojos ven

entre el viento y una sonrisa que no existe más que en su mente


Desequilibrio, alcanza el inmenso cantar

perpetua el terror en la sangre,

la que pinta nuestros soles

la que abunda en nuestras camas


En las que las más tiernas flores deploran

su motín perdido entre la tarde y la noche

entre los recuerdos que abundan en su mente

del mar, ella ya no sabe nada


Perdidos encuentros trepan las ventanas rosadas

entre mis manos y tu cuerpo

entre el tiempo y la incertidumbre

de no saber si existes mañana

de no saber quien eres, ni siquiera creer que me amas


De no pensar en los azules festines que en febrero adornaban

el candor de tus labios mojados

entre las luces, que tu mirada odiaba

que me perdía siguiendo, más y más entre las tardes rojas del encuentro

sábado, 3 de octubre de 2009

De cama en cama


Su sonrisa cala, en lo más hondo de la habitación

tranquila me mira, todo desnuda

me habla pero no escucho

ella no es la chica de la que hablé


Es mentirosa, y eso deja de ser más inquietante

me mira, pero escucho,

no recuerdo todo, pero recuerdo el momento

cala más su sonrisa, me hace más inquieto


Me duermo otra ves, y ella canta entre las sábanas

se abriga en mis brazos y me hace gozar

desnuda se embriaga en el deseo del cuerpo

me dice, pero ahora ya no puedo escuchar


Sus manos, entran profundo, en la cama

deslizan su nombre, que no cabe en mi mente:


"Yo soy Mimi y viajo de cama en cama, ven a gozar debajo de mi frazada"

jueves, 1 de octubre de 2009

Octubre, del amor divino.


Aprendiste a ser el dulce sangriento

que en noches distantes cantaba sereno sobre mi cama

aprendiste a ser la luz fría que en días desiertos

amaba el sentido de la razón


Inolvidable eres el amor, entre las cortinas cortantes

que hieren el deseo amargo, del amante perdido

de los años pasados, en nubes, del humo

que hería nuestra alma


Sonríes tranquila al entender la tristeza que el mundo existe

que esta despierta, sobre tu piel, andante,

entre música, despierta el tintineo del día siguiente

en donde tus ojos recrean la cruz que en la espalda llevo


En donde el amor carece de forma definida

en donde las manos sangrando acarician el sol

el tiempo que queda entre nosotros

es más del que hubiéramos querido


Tristeza cae sobre el cielo nublado de octubre

en donde sus gruesas gotas rompen el piso templado

en donde sus gruesas gotas rompen el corazón desnudo

que en la calle mojada yace dormido.