viernes, 30 de julio de 2010

Destinos Secretos


Ahora sigo los segundos...cuento perdido entre las notas

los escritos, y todos esos que no me ven,

los gritos y las palabras que calan un alma,
cuento de nuevo, soy el ambiente de un día pleno,

un sol, no

un día pleno,

soy el sitio de ellas,

el recuerdo de alguna noche que no me tengan,

soy basto, si

el enamorado distinto de los únicos años,

...

soy aquel, que no ves, pero que sabes que esta contigo,

pasto, hierba y luna meláncolica,

¿Qué más da?...

me olvidas, ¿Qué más da?

me llenas el vacío sinuoso que carcome mi mente,

me enloqueces todas esas noches...

¿Y qué más da?

Segundas el tiempo que corre,

las notas, los escritos, los parámetros destrozados

los espejos en hoja,
y la smiradas de todos los que no fueron,

que me importa tu rostro tu cuerpo,

tu piel y tu recuerdo,

que importa eso,

¿Qué soy sin ti?

¿Un recuadro, un pobre, un desnutrido, un religioso, un asexual,

un tercio, una canción, un poemario, un libro, un viento,

una porno?

En verdad te digo:

soy la lluvia que de, el cielo cae

el agua turbia que tocaron tus pies,

recuérdame como el especial de los martes, con café espumoso

como el humo en la cocina de tu niñez,

como el raspadito de las ollas que de bebé llorabas por comer,

soy tu segunda quinta vez,
el asfato terráceo de tu ducha desnuda,

ése soy, el mismo yo que desde ya te dice que no,

el fantasma...que desde el primer respiro que hiciste,

llevas contigo, y estará entre tus pechos,

hasta el úlitmo suspiro que exhales,

hasta que esos ojos que tatuaste en mi memoria

se cierren para siempre.

viernes, 23 de julio de 2010

Vainilla


Soy hierba, que crece bajo el sol

soy el alma de esos peregrinos tapados,

y también soy la luna,

el desierto, que merma mis expectativas,

los punto y comas que me han detenido,

que quieren verme sin mirarme,

que tratan de hacerme caer,

Soy yo el único que en río grande no a muerto,

soy el asesino del minotauro,

soy la empuñadura de la espada de Alejandro.

El amigo indiscreto que todos quieren tener,

....

Soy yo la furia incierta,

la lluvia guardada,

la guitarra desorientada,

y el candor de un romance inesperado,

¿Entonces?

Vamos, decide, que es lo que ves...

un fantasma, un ente, una deidad

soy el agua que recorre tus zonas íntimas cuando te bañas,

el maquillaje que te pones todas las mañanas,

soy la comida que ingieres,

soy el tiempo que gastas en el amor,

el viento esponjoso de tu cabellera dorada.

Y. Espero por ti, sí.

Más no sé si tú lo harás por mí, no sé que harás,

porque soy todo lo que ves, todo lo que tocas,

todo lo que entra, todo lo que hueles, todo, todo lo que sientes...

Pero no sé que harás.

Indeciso. Prontamente dudoso de ti, especialmente ahora,

la noche cae desnuda, y no sé dónde estás,

simplemente no puedo oírte, yo no puedo verte,

ni olerte, ni tocarte,

tu sí, yo no.

Equilibrio que nos une más, de lo que los dos estamos enterados.

jueves, 22 de julio de 2010

Mis Hábitos


Siendo el fin de esas feas comidas,

y las cucharas torcidas de furia,

los platos voladores de la cocina amargada,

de nuestros albores de juventud cancelada,

y estos sucios pantalones gastados,

que de a tiras se caían,

siendo tú, la mujer perfecta que no sabe hablar,

siendo yo, el pobre sindicato que armé de tus cabellos,

nos quedan aquellos, y por fuera nos quedan estos,

mira, ¿Te gustan?, ¿Te gusta el color del arrebato?

el tierno desacato de las personas que nos vendieron,

la casaca azul del color envidiado de ellos,

Siendo yo, como eh sido

no quedan más, tiras debajo de tu almohada,

ni tampoco quedan las medias tiradas bajo tus pies,

no suben, ni bajan,

porque se van retirando de a pocos,

y van perdiendo, en fin, yo que sé

algo, eso que nos hizo amar lo in amoroso

¿In amoroso? ¿Intranquilo?

Sabes que digo, ¿Cierto?

me comprendes porque sabemos los dos que hablamos igual,

y sabemos que las camas, las miles de ellas,

que por cierto, me llamaron y dijeron que habría que reparar,

nos esconden la lujuria de un cuarto de a cuatro paredes,

que desnudos nos acogía, que inquietos nos dejaba,

con esos ojos verdes que se me quedaron desde la niñez,

tanto tiempo, allá por los noventa,

en donde todavía usabas falda que tu madre te cosía,

y yo corría, desnudo, por la calle,

despavorido, asustado de todo el mundo.

Y fueron tantos años de estar lejos, tanto tiempo

que mi mente te convirtió en algo menos que un recuerdo,

pasaste a formar parte de mi subconsciente,

y a veces aparecías como la niña atropellada de alguno de mis sueños.

De todos ellos, jamás fuiste parte directa de un acontecimiento,

que aún, el destino me guardaba,

pero así soy,

trece años,

y por poco no llego a la puerta del mismo edificio que tú salías,

pero existe en este punto, una disyuntiva, amor,

no sé si salías, o recién entrabas,

¿Quién sabe?...Estos viejos hábitos tardan mucho en irse

miércoles, 21 de julio de 2010

Tenebroso


Accedo mis deseos a la hoguera desangrada de esos ojos,

si, soy lo que soy por el mixto tierno de esos sabores,

y no pretendo arremeter a contra golpe tus errores,

estos, ya no quedan chicos, ya no quedan limpios,

y si esos par de nostálgicos se casarán algún mal día,

disculpame, pero no invites por desagraviado,

al hombre que tiraste desnutrido y mal herido,

al fondo de una barrica apestosa, ¡Que pobre desgraciado!

martes, 20 de julio de 2010

Próximo


Eh perdido el sentido de lo ambiguo

eh perdido el mundo bajo los pies de la hoguera

eh saciado mi alma, sin escrúpulos

es tan triste ver pasar, sin parar,

tan triste entender el mundo

tan lento, tan lento, lento que se me hizo tiempo

con sus manos y sus ojos,

tanta es la gente que pasó por mi lado

entiendo bien el sentido de lo ambiguo,

pero ahora no lo encuentro,

entiendo bien el sentido de perdido,

quisiera no saber lo que entiendo,

porque estoy desterrado,

de una tierra, estoy sin lugar en dónde morir

sin pies que me sigan, ni sombra que me acompañe

eh perdido lo que me quedaba,

eh escrito hasta el sosiego una aventura falsa,

eh mentido en desacuerdos,

y eh fallado mis contratos con el tiempo.

Soy humano corrupto,

estoy corrompido y muerto,

sin sangre, pero no hablemos más de mí,

¿Quién soy, sino más que la tumba perdida de todos estos años?

mi lápida aforme de una fosa común,

mi cuerpo podrido de unos picos sangrantes

mis dedos falso y mi lengua desojada,

¿Quién soy, sino más que un ferviente desconsuelo nocturno?

una triste realidad esfumada, y un hambriento festín vagabundo

soy un recuerdo en una lámpara guardada,

en una luz extinta en el desierto,

soy eso, pero a la vez nada,

porque no soy humano, ni corrupto,

ni mentiroso, ni eh fallado,

porque no tengo vida,

soy un muerto, una jocosa copia de lo abstracto

un burdo licor amargo,

un tipo sin pasado, ni presente, sin futuro ausente,

un mal nacido desahuciado.

Me vengué de las ostras impuestas en las catedrales de mi vida,

de las túnicas, esas malditas mentirosas,

me escondí y nací de nuevo,

salí de un caliente cuerpo perfecto de adolescente,

y me volví hombre a punta de negocios,

me disputé,

como mi vida entera lo eh hecho,

y los sigo a ellos, porque son respuesta a mis preguntas,

esas que nadie quiere hacerles frente,

malditos hipócritas,

malditos prefectos de la seudo moral,

escupiré en sus caras, y me reiré bajo sus ropas.

Eh muerto. Eh dicho. Eh hecho. Eh dado.

Eh repuesto. Eh orinado y defecado.

Eh limpiado y eh comido.

Soy el post de lo que te queda,

me declaro muerto, porque así, me tomarás en serio,

me declaro corrupto, porque así, me seguirás,

me declaro imperfecto, porque así, me amarás,

me declaro humano, porque así, así, me matarás al final.

Soy todo lo que vez, soy narciso, si, soy Sócrates y Darío,

soy Dalí, y Alejandro, soy Zimermann,

soy Kahlo, soy Maharishi, y soy Manson.

Soy humano, recuerda que aún puedes matarme,

recuerda que estoy hecho de carne, que puedes comerme,

recuerda que tengo sangre y que también soy bebible,

que soy parte del encierro, que soy amor,

y que vivo entre ustedes, ¿No me ves?

viernes, 16 de julio de 2010

Deseos que nacen


Lo eventual de mis deseos,

la acumulación de la carne perdida,

de los sueños más estoicos de mi mente,

de mi subconsciente,

de los temas de los besos rojos,

de las olas nocturnas, que heladas nos arrastran

de una fe que no muere con el paso de los años,

de mis ojos y tus ojos al cruzarse,

de los bailes en el aire, levitando mis pecados,

entre tus piernas se han escondido,

todo aquellos que sin lugar a donde ir mueren felices,

y sin pensar en el líquido blanco que recorres,

que se escabulle entre miles de nociones desconocidas,

los cabellos de fuego que levantas,

y las manos malditas que su marido arriesgaba,

los desperados tirándose en la cama,

entre las sábanas blancas de un recuerdo de cien años,

en el punto céntrico de cualquier desesperado barato,

de las catedrales y los padres,

de las cruces entre los brazos,

de los hombre y las mujeres, de las mezclas,

de las anti mezclas, de mi deseo

de mi deseo cada día más célebre


Desiderio carnale di una donna appassionata.


miércoles, 14 de julio de 2010

Desperado VII


Me despertaba sediento al final de la película,

como imágenes que pasaban lentas,

espesas, bajo las manos de cualquiera,

me intuía la experiencia de un acontecimiento,

de una eterna respuesta a las preguntas,

de mi cabeza dando vueltas, de mi cabeza estancada,

de sentir el palpitar del mundo, y no moverse,

de sentir los días pasar, y no moverse,

de imaginar, y no soñar, no soñar con alguien, con nada

Tan triste. Tan triste.

Que cuando podía se extinguía lo que quedaba

y daba carta abierta,

los parajes verdes de todos esos, se volvían negros,

¿porqué?, no entiendo, no lo sé

no sabía la diferencia, y no escatimaba encontrarla,

no me importaba, en su momento,

hacer uso del amor que fluía,

que como río, no

como mar, algo parecido,

se detenía y el oleaje me arrastraba, me zambullía,

me ahoga de ves en cuando,

y por momentos eternos me mataba,

si no fuese que pedía que a mi cuerpo lo dejasen a la orilla,

si no fuese por todo eso, quizás y yo esté perdido.

Tan triste. Tan triste. Si.

Que mi locura se iba devolviendo al alma,

que mis ojos quedaban rotos e idos de su cavidad visual,

que mis manos se encojían y pies se alargaban,

que mi corazón, se hinchó tanto,

que tuve un paro cardíaco setenta y cinco veces en un día.

en un día, en un maldito día,

en una reencuentro astral de veinte y cuatro horas hacia atrás,

hacia lo desconocido, y todo eso por no creer, por no amar,

por dejar pasar el tiempo, cuando el tiempo ya me había dejado atrás,

me habían olvidado, era un humano muerto que deambulaba,

era un ser caído y sin vos,

era un ente fatasmagórico, que en las noche se suicidaba

que se arrastraba encadenado, que se arrastraba encadenado,

que se arrastraba encadenado, encadenado, encadenado,

con unas cadenas falsas, con la llave del candado en el bolsillo derecho,

y con nadie que le dijera que estaba ahí castigado.


Que estaba ahí, nadie que le contó, que hacía tiempo que estaba perdido.


Perdido, como el hombre que atrás de estas lineas, se ah quedado.

viernes, 9 de julio de 2010

Peregrinos


Basta el sol a la entrada de los ojos,

basta esto antes de morir,

basta las lágrimas que en el muelle van quedando,

basta el sol a la entrada de las manos,

todo lo de afuera,

todo lo que la noche puede entender,

me basta más el mundo para recorrer,

para buscar el fin de lo inexacto

para encontrar el amarillento desacato

de la tenebroso de la vida,

de los ríos supremos que volaban por los aires,

de las montañas, basta todo eso;

Basta el tiempo encerrado en la memoria,

basta la música que llegaba fría, muerta al destierro,

que sucumbía ante los espermas de la cuerda,

de la pluma en el tintero, del fuego en la cabecera de la cama

de las caderas especiales que se imponían,

basta los ojos de alguien, para ver el alma que llevas,

basta todo eso, para comprender que no llena el vacío,

para seguir el rumbo perdido de los caminos estrellados,

para influir en la mente de nadie,

basta hablar con desencanto,

con hechicería barata de mercado,

basta las cosas antiguas de los viejos abstractos,

y las pinturas de la excentrica señora,

que con hijo bastardo, se perdían

basta el tiempo,

el tiempo en los zapatos, de las medias y las ligas en el centro,

basta el arresto domiciliario,

de un temblor febril de mayo,

de esos días cúspides, que no regresan a primavera,

que no regresan con la fe de volver a vivir,

de mirar, pervertidos, en las faldas de la escuela

del monstruo peludo del descubrimiento,

de las manos sucias en la arena,

basta con eso, para seguir, sin tener nada,

para entrar en el corazón abierto, de cualquier triste amuleto,

que con estigma propio de la raza,

fue sacrificado, fue llevado al ostracismo,

a negar lo palmario de su sexo,

lo que basta es tener tiempo, para morir sin pensar en el mañana,

que mañana ya es muy tarde, quizás y yo esté muerto.

jueves, 8 de julio de 2010

Pensamientos Ïdos


Encuentro sencillos los ojos que me diste,

sin embargo, eh decirte con sincero recelo,

que no amo los abrazos simples,

que no estimo tus miradas sobrias,

que no quiero, enredarme en tu cuerpo amigajado,

desnudo, sin tesis,

desnudo como me encontraste, así me quedo,

y me voy involucrando, no pienso,

es porque, el amor me degolla

me deshidrata las venas,

y me lanza muerto sobre la almohada,

Encuentro sencillo los ojos que me diste, no

entiendo ahora las fúnebres manos frías,

de estos cielos naranjas cortantes,

de esos tibios ríos infames,

que de tu entrepierna bajaban,

que de los ojos más negros me recogían,

Encuentro, ahora nada,

ahora no me queda más, que despedirme de la sucias noticias

de los periódicos azules de todos los domingos,

de estos, corazón roto, que no piensan en regresar,

de las tristes aves de invierno que migraron,

de los espejos habladores de una taza de leche fría.

¿de los espejos habladores de una taza de leche fría?

de esos, en verdad te digo,

que no se quedaron a esperar,

ni menos a mirar,

que no fueron todos, ni menos uno solo,

los que nos contaron acerca de los impensable,

de que usted, mujer,

es propia de un alma infinitamente electrizante,

como las cargas personales, que trasmitieron los cuerpos,

como los mares perdidos, que nos encontraron,

sin leche fría, y sin espejos,

ahora puede ser que ya no quede nada,

solo nosotros dos, para amar la niebla verde,

que tamizada nos espera entre las sábanas.

Te cuento el Sueño de mi Sueño


Reírse de los ojos enfermos del claro,

me encuentro, e insisto,

me pierdo entre las calles estrechas te todas esas,

y no sé, no persigo complicados anagramas

no escatimo la soledad que con el viento, me desliza

me revienta el corazón,

me sacude siniestro, con ojos de muerte angustiada

de fe imponente, de traspaso, de dolor,

y, con los números,

también se me va el señor,

las ropas rasgadas, no,

las túnicas heladas, tal vez,

de manos sirvientes y flotantes,

de nostalgia esculpida en la piel,

se me va el sudor por la rejilla eterna de una espalda,

por la simple sonrisa de un crío al mirarme,

me pesa la carga, como otra cosa no eh conocido,

como otras novias eh sacado,

sus casas, su pureza,

de la gaia eterna que de pequeño me ilustraron,

de esas cadenas que rimbombantes me estrangulan,

que me hacen pecar,

innegable se vuelve aún, todo lo demás

todo lo que se fue formando,

se fue tallando en la simple agonía de un excluido

de un sinfín de melodías, de todas ellas,

de todas ellas, de todas ellas, de todas ellas,

de todas ellas, de todas ellas, de todas estas.


De estas que no saben perder,

de estás que no entienden el alma el mundo,

el cuerpo de la etiqueta de este planeta,

el amor perfecto que se entrega día a día,

el amor perfecto, que uno siente que lo abraza.

miércoles, 7 de julio de 2010

Fértil Dilema de un Palmario Secreto


Abrazó los ruidos externos que corrompen mi alma

extendió mis brazos, con oraciones en los labios,

túnicas blancas que desfilaron perezosas bajo las nueras,

cocina aplastada por un recuerdo antiguo de mar,

el olor fétido del cilindro vacío,

estrangula las pasiones que se encienden,

que chamuscan las sábanas rosas de los cuartos rosas,

de la mujeres amigas de los miembros viriles en extinción

ellas y todo lo demás, me introduce, me llama

como el silbido perenne de las estatuas en mi parque,

como el cuerpo desnudo, mojado, irresistible a negarse,

y entonces ellos, los que están siempre sentados,

nos disparan miradas,

con lenguas extrañas nos llevan a lo pasajes recónditos,

de nuestra imaginación

y pues claro, nos muestran la pasada de siempre,

la memoria del salmo, del salmo mal dicho,

malditos ignorantes, gritaba yo

y es que en la tranquila desaparición que se armaba

fue de soslayo, el que parecía el líder

a pudrirse las manos,

a mitigar su pecado, con sarnoso estiércol,

sus ojos entonces me ametrallaron,

me dispararon a quema ropa,

la mirada furtiva de un asesino de almas,

de un hereje completo que no padecía, siquiera,

de lujuria ni desacato,

era el hombre completo de la estirpe,

era el sucio fenómeno, que ellos armaron

que ellos, en su desnudo sangriento

en su tiranía innegable,

en su basta idiotez religiosa,

fecundaron el mundo,

fertilizaron con maldad,

y renaciente, él ahí, me miraba

estaba lúcido, como un sol de otoño despejado,

como una furcia recién estrenada,

me miraba, y sus ojos penetraron mi pecho flaco,

sacudieron los cimientos de mi tinta antigua,

sacudieron todos los cimientos en mi ser,

dejaron callado al profundo grito desesperado,

que de mi alma salía,

y dieron paso al fruto perfecto de una revelación estoica,

retumbaron el pleno, redoblaron el flan ámbar que se comían,

y entonces me escucharon :


"Extraño, como el mismo instante en el que comenzó"

Pequeños Aplausos que Escuché


Guardo a la interperie mis deseos,

como tesoros cubiertos de miel,

como preciosos objetos que no quieres ver,

que no explican los sonidos bajo tu almohada,

que no saben pararse frente a tu vos,

que no entiende el porque de tus caricias,

a las tardes, enteras partidas de sudor,

de fe intacta ante los suyos, los nuestros

Guardo con recelo absoluto el tibio recuerdo,

como cuando lo dejaste ir,

como cuando las valijas de las ciénagas,

se nos perdieron en el olvido,

se nos cayeron indecisas de volver,

entre tus piernas largas, entre tus pechos incipientes de pasión

de amor profundo, y no cursi, anticuado,

imperfecto y desquisiado, como el que yo daba,

como el que me enseñaste, ese quieres tú

el de las noches alegres bajo las rodajas de la luna,

el de los balcones del centro, cubierto de llovizna amarilla,

entre esos, nos vamos quedando,

así, en tu vestido perfecto de encaje,

entre las camisas que prestamos,

y bailamos...

los duendes y estos días, no nos olvidan

no olvidan madrugadas enteras sacrificadas,

no olvidan serenatas invisibles en tu venus sedienta,

no soslayan tu anatomía, del ensueño que es tu vida.


Que de los tiempos de ahora recordarás, dirás,

que no podías tener más, ni pedir nada

que todo el tiempo se detuvo en el instante pleno de la vida,

que viste como la energía del planeta se detuvo,

dirás, que mis ojos negros, se plasmaron en tu alma,

te mirarás, por el resto de tu vida,

y verás en el espejo,

a ti, a mí, nosotros, los "Sin tiempo que perder"


Y bailarás, entre la champagne y el vino

y todas esas estrellas que pronuncias te,

tu venus sedienta, caerá en la cuenta de que no a visto tal cosa,

que no recuerda, que no se olvida, que tendrá que cargar con ella

el secreto recuerdo, de una noche perfecta.


lunes, 5 de julio de 2010

Dolor Amigo de Esos Lugares Perdidos


Me falta el propio sentido racional,

me lleva, como se lleva todo lo demás

dejándome solo, sin fe propia, sin fe misma

en la cosas que no hay,

sin ellas, no siento más nada,

ni el viento corriendo através de la ventana,

saltando inquieto en los días nublados,

sin eso, ahora no queda mucho,

no queda las tardes de café´s humosos,

que se iban con los recuerdos,

que se perdían a la vuelta de la tienda azul,

de nosotros mismos, también,

entonces vivíamos en la era,

de la quimera extasiada,

excitada, por decir,

en los ojos de los alegres viajantes,

de esos, de estos,

que con lengua extraña me imponían,

me des controlaban, sus mujeres, sus ropas baratas,

sus mundos, sus leyendas, y todo lo ajeno

me deshacía escuchando los labios abrirse y cerrarse,

abrirse en las piernas, cerrarse en la noche,

dejando escapar el aroma ferviente, de una velada eterna,

y me preguntaban:

¿En qué momento se nos perdió el recuerdo?


¿En que momento se nos apagó el alma?

y se reían de las montañas milenarias que ahí, nos escuchaban

se volteaban, se dormían plácidos,

y la mansedumbre de la tierra, los envolvía

los apretaba indiscreta y callada,

sigilosa, como si ella no existiera

en su mente, en sus sueños, en su tiempo

y en todo lo que había, vivía,

lloraba, secándonos el cuerpo,

los pecados, esos formidables,

sin inicio, pero con harto sosiego entre las manos.


sábado, 3 de julio de 2010

La simplicidad de la Mejor amante del Mundo


Hacía un tiempo discreto,

tardado por el desafuero,

perdido entre lo convergente de sus ojos

apagado, sin sabor en la boca seca,

sin vino que yo pudiera verter en sus labios,

y la feroz despedida fue tranquila

como agua calma de un lago,

con el viento que de su cuerpo salía,

que prendía con su carne el inmortal augurio,

de la nota entre las sábanas, de ella

que se iba, como amante barata de un día

de un segundo partido en mi memoria,

en mi negra alborada perfecta,

con mi libreto escrito,

mis palabra en su piel,

la amante de una maja luna,

la mujer entera que se deshacía entre mis manos,

haciéndose cada vez más antigua en mis recuerdos,

en los sueños que pudiese, o no, haber yo escrito,

con sus ojos, esa, la alumna callada de los días amigos,

de los veranos desgarrados

ignorados por completo, entre la iniquidad de sus ancestros

y la mansedumbre de un nuevo relato.


De la amante tranquila en la que la convirtieron,

de la mujer deseada, en la que ella se sentía,

de la que ella era capaz de formar,

de arrastrar consigo misma, el pecado,

las miradas de esos, los imbéciles de afuera,

los que preguntaban mucho y la confundía

la atarantaban, la carcomían,

con sus palabras, con sus insultos

sin comprender un poco, al menos,

que ella era el alma de todos los hombres,

y que todos nosotros,

...tan solo éramos unas monedas en el florero.

Una a la entrada, una a la salida, una por Fernanda.

Revelaciones


Regresa el perdón desahuciado de un frío enfermo,

no entiendo el sentido de las palabras,

ignoro la fé de los socegados

hablo, quizás de un lugar que en mi mente está

que conmigo se a movido,

sintiendo tranquilo el desliz colectivo de las migajas,

aquellas que cayeron, sin notas,

ni gritos extraños,

con ojos lejanos que la calle me enseñó,

esos, en donde los templos vendidos de caridad,

me estrujaban entre las piernas,

en las avenidas del feroz contra ataque,

del encendido permisible de las movidas,

de todas esas, sin esas,

sigo sin entender, sigo sin saber,

sin siquiera atraer, un ruego, un suspiro,

una amiga mirada de todos esos,

de los que se lavan, de los que siguen su camino hacia el todo;


Sigo yo, sin tristeza en la marcas de mis manos,

sigo yo, sin caminos en mis pies,

y así como me voy, también yo regreso,

de entre las sombras y los pecados,

yo regreso como el sol regresa a la tierra,

y como el viento regresa al mar,

sin camino, que me sigan,

gritan furiosos, que ellos me conocen,

hablan posibles que ellos me aman,

yo los amo,

ellos, los de afuera, no entienden,

ellos los de allá,

no me entienden,

¿Quién soy entonces?,

¿Soy leyenda de un cuento,

acaso soy milagro, o soy redención

o seré acaso la excusa perfecta del castigo divino?


Soy como me ves, sin más que un alma que me vea,

¿soy real?, sí,

¿soy milagroso?, sí

¿soy poderoso?, tal vez

¿soy castigo?, no lo sé


¿Soy cadenas?, no, yo soy libertad,

soy fe y esperanza, soy redención y amor,

soy libre, como sos vos,

¿como querías que yo fuera?

tu sueño no tiene tiempo, conmigo se acaba

conmigo dejas de soñar, para convertirte,

de verdad,

en el humano libre que yo siempre eh sido.

jueves, 1 de julio de 2010

Otro dìa màs


Prudente es el amigo que me dejó sin tiempo,

prudente es (y aunque sucio suene),

el feroz desaciego de los gritos perdidos

sin tiempo, aplaudiendo al nosè que;

al viejo gurù de lo negocios de mi vida,

a mi padre, que con barba barata, incluida

no supo mantenerse, no supo siquiera,

saber que le espera, saber que le depara la vida;

antiguo, como la callecitas mojadas de los sueños,

no, no, así no

un antiguo recuerdo, como una canción desnuda,

sin piel en la cual pudiera escribir, yo

algo en su manera de ser,

me regala el sentido,

prudente, como sabe ser,

sin arañas del pasado, sin el candor rosado,

de un paraíso,

de un minuto, de un tiempo,

de lo sustancial que se me vuelve,

cada día màs, y mucho más,

que ahora el tiempo se detiene, nada más ella llega,

se levanta, se viste,

se desnuda, me sonríe,

y que esperabas:

"Hoy es igual que ayer"