jueves, 8 de julio de 2010

Pensamientos Ïdos


Encuentro sencillos los ojos que me diste,

sin embargo, eh decirte con sincero recelo,

que no amo los abrazos simples,

que no estimo tus miradas sobrias,

que no quiero, enredarme en tu cuerpo amigajado,

desnudo, sin tesis,

desnudo como me encontraste, así me quedo,

y me voy involucrando, no pienso,

es porque, el amor me degolla

me deshidrata las venas,

y me lanza muerto sobre la almohada,

Encuentro sencillo los ojos que me diste, no

entiendo ahora las fúnebres manos frías,

de estos cielos naranjas cortantes,

de esos tibios ríos infames,

que de tu entrepierna bajaban,

que de los ojos más negros me recogían,

Encuentro, ahora nada,

ahora no me queda más, que despedirme de la sucias noticias

de los periódicos azules de todos los domingos,

de estos, corazón roto, que no piensan en regresar,

de las tristes aves de invierno que migraron,

de los espejos habladores de una taza de leche fría.

¿de los espejos habladores de una taza de leche fría?

de esos, en verdad te digo,

que no se quedaron a esperar,

ni menos a mirar,

que no fueron todos, ni menos uno solo,

los que nos contaron acerca de los impensable,

de que usted, mujer,

es propia de un alma infinitamente electrizante,

como las cargas personales, que trasmitieron los cuerpos,

como los mares perdidos, que nos encontraron,

sin leche fría, y sin espejos,

ahora puede ser que ya no quede nada,

solo nosotros dos, para amar la niebla verde,

que tamizada nos espera entre las sábanas.