jueves, 22 de julio de 2010

Mis Hábitos


Siendo el fin de esas feas comidas,

y las cucharas torcidas de furia,

los platos voladores de la cocina amargada,

de nuestros albores de juventud cancelada,

y estos sucios pantalones gastados,

que de a tiras se caían,

siendo tú, la mujer perfecta que no sabe hablar,

siendo yo, el pobre sindicato que armé de tus cabellos,

nos quedan aquellos, y por fuera nos quedan estos,

mira, ¿Te gustan?, ¿Te gusta el color del arrebato?

el tierno desacato de las personas que nos vendieron,

la casaca azul del color envidiado de ellos,

Siendo yo, como eh sido

no quedan más, tiras debajo de tu almohada,

ni tampoco quedan las medias tiradas bajo tus pies,

no suben, ni bajan,

porque se van retirando de a pocos,

y van perdiendo, en fin, yo que sé

algo, eso que nos hizo amar lo in amoroso

¿In amoroso? ¿Intranquilo?

Sabes que digo, ¿Cierto?

me comprendes porque sabemos los dos que hablamos igual,

y sabemos que las camas, las miles de ellas,

que por cierto, me llamaron y dijeron que habría que reparar,

nos esconden la lujuria de un cuarto de a cuatro paredes,

que desnudos nos acogía, que inquietos nos dejaba,

con esos ojos verdes que se me quedaron desde la niñez,

tanto tiempo, allá por los noventa,

en donde todavía usabas falda que tu madre te cosía,

y yo corría, desnudo, por la calle,

despavorido, asustado de todo el mundo.

Y fueron tantos años de estar lejos, tanto tiempo

que mi mente te convirtió en algo menos que un recuerdo,

pasaste a formar parte de mi subconsciente,

y a veces aparecías como la niña atropellada de alguno de mis sueños.

De todos ellos, jamás fuiste parte directa de un acontecimiento,

que aún, el destino me guardaba,

pero así soy,

trece años,

y por poco no llego a la puerta del mismo edificio que tú salías,

pero existe en este punto, una disyuntiva, amor,

no sé si salías, o recién entrabas,

¿Quién sabe?...Estos viejos hábitos tardan mucho en irse