jueves, 10 de junio de 2010

Ruina


Busco el destierro hermoso del recuerdo viejo,

aquellos silencios mutuos de alegría,

aquel sentido bailando, cúspide enaltecida

haciendo brillo de las hojas en el invierno,

tocando labios de mujeres arenosas

amando cientos de dibujos caídos,

busco en silencio el placer guardado,

de las noches más oscuras, esas sin recuerdo.



Acontece el cuento de fogatas en el aire,

amante torpe de ideas colosales, furcia pervertida,

siniestro corte en el cuerpo desolado, abandóname,

deja a los demonios de la noche, comer su ropa,

que los bosques eternos de montañas heladas, la recuerden

que se cale el silencio entre los fantasmas del alba.



El rojo enfermo de su venus corrompida,

enferma todo mi cosmos inmortal, muéstrame el camino,

afirma, alma, si entre las rosas, tu vos existe,

dime si puedo completar mi día,

habla si quieres que te haga pedazos;

¿Compréndeme?,¿Escúchame?,

viste a la lluvia helada de esta ciudad,

sus calles, kamadeva, con pecado original.



Desciende en el agua desde las calles más altas,

los números perdidos de mi mente infame,

el muerto, el hada, el duende;

corriendo en el alba, vienen locos;

en los cuentos archivados de arrugas corporales,

de los ríos en las casa con árboles vivos,

de los ojos azules en el mundo de la puerta,

aquella que se mantuvo cerrada,

con el diablo adentro, bailando desnudo.