viernes, 12 de febrero de 2010

Para Ud, Mr. Kite.


Es cierto lo del sentido de la inexactitud

sentirse libre, y sin fronteras

acerca de abrir alas en los lados ocultos de lo imprescindible

creer que se está siendo uno mismo por vez primera.


Hablar de las sitios esperados y perdidos

los "tenemos que", ahora se han vuelto viento

entre los cabellos de alguna dama,

de los miles de poemas antiguos, rotos.


Los aciertos de la virtud, el orgullo que te dejaba hablar

las miradas, en los viejos salones, las luces cegadores de noche

los circos de de los millones de niños, los payasos miedosos

y los leones furiosos, hambrientos, de ver tanta carne blanca.


Los platillos, y el grito de los anunciantes, la carpa de cientos de sueños

las tristes bailarinas, en donde los vestidos largos, blancos

excitaban a los señores de sombrero ala ancha

tirando cual dinero regalado, por furcias descaradas.


La banda que anunciaba asombro en la ciudad, las trompetas

en el tremolín, la muerte saltando ante los niños incrédulos

los gritos y aplausos, más gritos, más gritos

¡A beneficio del Sr. Cometa!


Los cabellos rotos, y alborotados de la contorsionista
el muchacho apuesto de tez pálida que danzaba sobre el hielo

dando miles de vueltas, hasta hacer vomitar a los más críos

las madres repudiando el acto, tan apacible, tan asqueroso, tan perfecto.


Miles de almas, en el momento de la sinuosa participación del domador

las fieras y los adornos que parecían acompañarlo hasta la muerte

la boca de estos tragaban más y más polvo, ante lo maravilloso de un grito infeliz
los raudos aplausos, llovían a su celda de fieras.


Y los aros de fuego cruzados, las temibles almas que murieran

la carpa de los muertos, sosteniendola en el mundo de los sueños

en los que se convirtió mi poema.¡PUM!