sábado, 6 de febrero de 2010

Desperado III


Sincero vacío de los tiempos perdidos

sin mundo vacío en donde quedarse

vacío y vivo, sin teclas que espantar

sin pastos eternos en las noches

y sobre todo sin mar infinito con el cual soñar


Cuestionas los mandatos y las letras

cuestionas el sencillo proceder de las horas

azul, cielo, camisa, pon más de lo que eres

y verás que eres aire, sin sorbetes ni bebida

caliente y cansado, andando andando

vacío, cantando y riendo


Tú tienes razón


Solo nos queda las manos para inflar el silencio

y gritar, decirte al oído que no conozco a nadie igual

parlotear travieso, sinceramente sin muchas ganas

igual que los días, y las horas;

se nos quedaban,

los cigarrillos en las aceras de los dientes

las lenguas y ojos.


Las heladas madrugadas, entran riendo por la gran puerta

verdes y moradas, sin ropa, desnudas

silbando bajo, escabulliendo sobre tu incipiente cuerpo,

reclamando así los cuentos de hadas que te conté

las historias bárbaras de las que te reíste,

sin ánimos de ayudarte, doy vuelta;


Era el año de las leyendas.

Sinceras y traviesas, que se llevaron tu vida.


Y con ella se mueren también todas ellas,

la de bárbaros, y asesinos.


Sin cuentos, la noche ahora parece callada,

sin mirada perfecta sobre un punto en la tierra

sin labios rojos, los cuales pueda mirar

sin cuentos, ahora todo parece silencio;

sin ti, ahora parece que no existiera;


Sin nosotros, ahora todo si es leyenda.