lunes, 8 de febrero de 2010

Diez centìmetros


Y esperamos en lo alto de la confusión

amamos todos los sitios en donde estamos

somos lo que quisimos siempre ser,

estando tan cerca el uno del otro, tan cerca


Y las palabras se me vinieron de catarata

mi boca decía y decía, los ojos suyos solo miraban

al terminar, le pregunté que es lo que había pasado

me miró, y entre risa me contestó:


"Haz dicho que me amas"


¿Cómo que le amo?

se me vino el mundo, ¿la amaba?

¿estaba completamente seguro que la amaba?

dijese lo que dijera, en ese momento, ella ya me había escuchado


Y fue así, en donde el mundo se me hizo del tamaño de sus pechos

y las opciones, se redujeron, a amarla o dejarla

me senté a a esperar, que el mundo pasara delante mío

y los viajes en las noches no hacían más que delatarme ante ella


Y la gente me conversaba de noticias y economía

pensé : "¿Cómo puedo amarla?"

un hombre de barba corta oraba ante un muro antiguo

me dije : "Por la misma razón que no puedes dejarla"


Y el tiempo se hizo grande entre ambos, los días se me pasaron

se me pasaron de largo, entre ud y yo

y las noticias de economía ya no llegaban con sus preguntas

había aprendido a amarla en serio, a quererla, pasara lo que pasara


Al parecer, estaba bien, porque ella quería ser amada

pero, ¿Cuál sería el amor que ella deseaba?

amarla, cual estatua de oro,

o amarla, como mujer, todos lo días, todos lo años, toda mi vida


El gran tiempo, se fue rodando, entre sus preguntas

y sin mis respuestas, no hizo más que olvidarse de mí

de que alguna ves dijese que la amaba,

se olvidó, de que se emocionó


De que sin querer, yo le había hecho salir huyendo,

no de mí, en verdad, fue algo más de ella

sin comprender, había querido comprenderse

y preguntarse, si ella también podía amarme.


Y al parecer solo fueron diez centímetros, la que separaron de su mundo.