viernes, 12 de febrero de 2010

Desperado IV


Los enfermos tristes, bajo la mesa de los sueños

los trapos tirados debajo de nuestras noches

las luces, sin memoria gratuita

soy más de lo que hago, gritos escapados

gritos sin dolor bajo las alfombras, el cuerpo duele

pregunto, ¿no lo sientes?

quiero dormir por horas, sin mirar las sombras

esas malditas que se pasan riéndose de mí,

¿no las ves?, ¿en donde estás?, ¿qué no ves?

dime sincera, muéstrate como eres,

no más juegos, te lo pido

ten piedad del cuerpo, ten piedad de mí

déjame morir aquí, debajo del arco iris

en algún lugar déjame morir

sin más memorias de las que te llevas ahora

sin más que los años

sin más que las voces gritando en mi cabeza

déjame morir aquí, te lo ruego

¿no me ves?, ¿no me sientes?

deja que el Gran Rama me lleve

suelta mis ataduras al aire, que la lluvia moje mi cara

y que mis cabellos se empapen de tu perfume

que mis manos se lleven muertas,

la triste memoria de saber que vives,

regálame tu virgen puta, atada al altar de la misericordia

dame bondad, a mi nueva vida se le escapa,

se le escapa como el sol de tarde, en donde no existe nada


Mis ojos, mi boca, mis manos, mi cuerpo;

déjame morir, aquí. Deja que el Gran Rama me lleve.