domingo, 24 de enero de 2010

Infinito


Sus recuerdos dormidos en sus brazos

la cara quemada por la brisa del mar

el viejo en la hamaca, reposando cantaba

la canción que antaño, danzaba su mujer


Las noches eternas en el mar exquisito

los días y los hijos, los problemas y las manos

su mujer de los cabellos negros, de la cintura eterna

el viejo llorando, al cielo miraba


Sus cosas de ellos, el amor, y el tiempo

el tiempo, que el desea que se vaya

el dolor de la huida, morir para él ya no tiene sentido

quiere que regrese a su lado, y clama a Dios tal arrebato


Tal arrebato que en la miseria al hombre dejo

los besos de ella nunca más podrán ser comprados

su mujer de los cabellos negros y la cintura eterna

su mujer que ahora desde el cielo lo observa


Le mira y desde allá arriba ella le manda

cual viento fresco de mañana, entra por la puerta, y el dormido

dormido y viejo, sobre su boca se posa, el despierta, sonríe

es la última ves que ella hizo eso.


Su mujer de los cabellos negros a su lado lo llevó.