martes, 24 de agosto de 2010

Antiguo


Encuentro el paso tenue de la vos

de estos días pasados,

de aquello que se va perdiendo con el tiempo,

encuentro eso,

no corro,

soy pendiente entre mis sueños,

amigos lúcidos de todos ellos,

la ropa blanca, mezquina esquina de la enfermedad

busco pronto mis segunda nota,

en la tecla más febril que eh sentido;

así voy,

deletreando el tiempo entre mis dedos,

contando el frío helado de los días buenos,

estigmatizando el sucio anhelo de la lluvia,

escupiendo,

el alma descarada de los cielos rojos;

enfrento el efímero apagón de mis ojos,

el translúcido equipamiento de mi cuerpo,

y el sin sabor dejado en mi memoria,

enfrento eso, si me importa,

encuentro, no sé,

¿Algo con que matar?, ¿Algún día libre para asesinar?

Soy antiguo,

como el discreto secreto de la mente,

el zorro ambiguo de las miradas perras,

el hablar continuo de los cafés en la mañana;

la siniestra desición perfecta de un holocausto suicida,

y sigo, sigo, por que el tiempo no para,

voy detrás de ellas siempre, y ellas siempre van adelante mío,

ellas en las luces de la cuidad,

yo,

entre los escollos recónditos del ultimo lugar en su recuerdo.

Encontré,

el arma asesina que no deja evidencia,

la lista perdida de los muertos vivos,

el modus operandi del perfecto homicida,

Soy ahora,

el siniestro recuerdo de todas ellas.