lunes, 12 de abril de 2010

Quimera


Ha sido un sueño espantoso

sin memoria del comienzo

dormido, bajo sábanas sin recuerdos

en mis oídos gritaba una orquesta grandiosa

las imágenes que por mi mente entraban

desarrollaban un espasmo cataclísmico,

mi cuerpo entero se levitaba, no podía ser real

tendría que haber sido un sueño, me dije

me aferraba firmemente a las barandas de mi cabecera

pero algo dentro de ellas se esfumaba, y mis manos

recia torcían los dedos, no podía sujetarme de nada

mi cuerpo entonces salio presto, saltando

voló sobre el cuarto y atravesó las paredes de la casa

yo estaba espantado, sin saber que hacer, todo parecía tan real

nada de lo que en ese entonces pasaba, me parecía sueño

mi cuerpo tartamudeaba en el aire, sin pensamientos

fue entonces cuando, desde el centro de mi habitación

se detuvo el tiempo, un cúmulo de fuego

iba naciendo tímido, salpicaba lava, a mis paredes

fue quemándome sin dolor, fue el nirvana de mi sueño.


Me tragó entero, sin días, ni horas, ni escritos, ni sueños

sin mundo en donde pudiera volver

sin tiempo en donde pudiera estar

me tragó para no volver

fue entonces cuando una melodía odiosa fue intrigando mi atención

se revolvía en los confines páramos del lugar en donde ahora estaba

y fue halando con extremada fuerza mi cuerpo,

lo jaló hasta la superficie, la melodía entonces era insoportable

me tiró sobre la cama, y digno de un espectáculo

me arrojó mierda en la cara.


Fue entonces cuando me levanté, o al menos eso parece.