viernes, 9 de abril de 2010

Cantos Desesperados


Mintiendo acerca de lo inestable

sin rencor absoluto de lo que has mirado

sola, volteando el tiempo a través de tus dedos

con un inicio de supervivencia, te aferras

a las miradas de los salones infinitos, sin ventanas por donde huir

sola, sin ropa, sin mensajes, y sin tanto alboroto

entre tus cabellos y entre los de ellos,

la sinfónica espantada de misericordia

coge la primera nota de que de tu alma surge

y hace de ella la melodía, que bien podría ser tu réquiem

con soles y menores, sostenidas, y triadas,

con tu carne fundiéndose en las cuerdas;

sin tan solo volverías, sin tan solo quisieras ser parte

sin fueras como todas, ya no tendrías nada de lo que yo pueda mirarte

sin esfuerzos, ni palabras, caerías

como los poemas rotos, sin muerte aconsejable, quemados totalmente

en cuya tinta distante sembraba el poder del mañana

cualquiera que fuese un poco humano.


Con suficiente amor propio por el mundo

inventar miles de segundos de insurgencia maldita

en donde puedas comer, y saciar tu sed de sangre

cantar y alborotar el fuego de las llamas

y saltar de un lado a otro, cual Eva en el Edén

sin Adán que te asedie, sin Adán que te observe

solo los dioses masturbando su eternidad

para dar lo que sea, y poder tocarte.


Aferrado y encerrado en mi mente

sin poder olvidarte

con desiertos en en la oscuridad

sin agua, seco total, sin entrañas, sin nada.