lunes, 19 de abril de 2010

Memorándum


Con mis ojos cerrados de noche, sin manos

solo, con sueños acerca de lo que ocurre

con imágenes en mi mente flotando

sin el tiempo detenido para observar bien

las desiciones que se fueron dejando, allá;

a donde no puedo volver,

en el sueño sin guía, se me acaban los destinos

las canciones y las letras impresas

de cuando todo tenía algo de sentido,

sin acabarme yo mismo de no tenerlo,

y reír de lo que hice, tal como si fuera un pequeño juego

y volver a hablar, sin temor a mirar

volver a correr, sin miedo a caer

volver a escribir, tal como siempre

volver a los días infinitos con los soles, allá, bien bien arriba

sin tocar, con los dedos las horas que pasaban por ellos

solo gritar, y en los días de lluvia salir con una mano en el bolsillo

y la otra en el agua, sintiendo, lo que había olvidado

sintiendo la verdadera libertad, sin temor a lo que haga despues

solo, estando seguro de que no volveré a ser como antes

sin miedos, sin mundos, sin días,

y sobre todo sin odio,

sin acabarme las horas en mundo sin sentido

tal como era todo antes de decidir quien soy.