martes, 3 de noviembre de 2009

El Prìncipe y la Golondrina


En la triste hilera de año nuevo,

arropa una esperanza el sol que en la cuna cae

sobre la vieja golondrina de ojos pardos

que en su triste mirada, al príncipe han matado


Entre todos los veranos deformes en su mente

la golondrina a personificado su alma

a caído en cuenta de que ya no es necesario ser amado

si no más amar al que no ama


Al que solo en su corazón de plomo

con pepitas de oro adornaba

los pobres mirándose entre ellos:

¡Tanto oro, en el príncipe que no vale nada!


Tanto sufrimiento dejaba la golondrina

en la sonrisa que la pobre le faltaba

entre los llantos de la gente,

este aun su corazón de plomo destrozaba.


Y caía en la cuenta de que no existe

caía en su memoria el día que lo lucieron gallardo

en donde todos, admiraban su belleza

en donde todos admiraban el oro.


El oro, el oro, que tanto le pesaba,

pensaba él en ser mejor de plomo y no valer nada

que estar en la envidia de los que más lo necesitaban


La noche le servía como amiga

su golondrina amada sobre cada casa volaba

en el hielo de la fría ciudad

en cada pobre una pepita de oro dejaba


Entonces el regocijo ceñía al abatido vagabundo

que en su gloria admiraba:

¡Tal belleza puede ser solo del cielo!

La golondrina dolorida marchaba...


El Príncipe la convencía de volar sobre la cuidad helada

la pobre con desgano reclamaba:

¡Oh, príncipe si supieras que nadie valora tu sacrificio!

¡Si supieras, que nadie te ama!


El príncipe como monarca terco reclamaba:

¡No me importa el amor, solo alegría!

¡No quiero que me amen, solo quiero paz para esta cuidad helada!

y volvía el príncipe sobre él, arrancándose cada pepita que faltaba


Un día la golondrina, exhausta cayó a los pies del príncipe

muriendo le decía que ella lo quería,

y el príncipe con lágrimas en los ojos respondía:

¡Oh mi golondrina, tanto me amabas!


Los años pasaron sobre el frío de la ciudad

los años sobre el príncipe cayeron como olvido de la gloria

en un santo día el príncipe a las llamas del fuego fue arrojado

a las llamas que lo devoraron


Murió el príncipe como monarca

en el fuego derretido plomo amoroso

en su corazón estallaba, la vos de aquella golondrina

que alguna ves el amaba:


!Oh mi golondrina tanto me amabas!