martes, 23 de noviembre de 2010

Ambulante


Sigo vivo entre los anónimos sonidos de la noche,

eh seguido vivo entre los incipientes redondos de estos parques,

eh seguido respirando, y con suerte,

eh seguido comiendo,

sigo con las palmas que me siguen al limbo,

los escenarios,

las risas y carcajadas que quebraron,

invito, y grito, hablo con vos rasposa de lo efímero,

soy el duende atónito de lo amanerado,

el muchacho flaco que no sabe,

¡Limosnas que caen del cielo!


Son gritos sangrantes que salen de las bancas,

los intensos acordes de música que no vienen, que no reparan

soy el sistema que cojea,

el escuálido payaso de un infierno que no vive,

que no habla,

que se mueve rasposo.


Sigo vivo,

entre las piernas mugrosas de cualquier infeliz.


Sigo con destellos,

porque aún no mueren en mí los intactos degenerados de mis principios,

porque no mueren los enteros pedazos de falacia,

porque el maquillaje no corre, ni ríe,

ni se mueve un poquito;

¿Porqué sigo andando tranquilo bajo el deseo?

¿Porqué no encuentro paz?

¿Porqué soy el suicida?


(Vos que susurra inaudible)

(Se pierde)

(Se asesina en la noche helada)