
Se te va la hora en el mundo de lo infinito
sin querer has hecho de tu alrededor, un tiempo para estar
sin estar, sin siquiera creer que lo que en realidad querías,
era encontrar el significado de la inseguridad, el de algunos.
Cuando te sientas a pensar en lo que realidad diste, se te va el tiempo
porque de nuevo sigues creyendo estar en donde menos debes
no eres más que un mal cuento infantil, sin final, sin comienzo
sin tìtulo, y para mal, nunca le gustaste a los niños.
La historia que detrás tuyo se escribe, es lo que intento descifrar
no tienes pasado, pero tampoco futuro, no tienes presente, pero,
sin embargo puedo recordarte, y cuando me preguntan que es lo que hago
solo sigo con el cuento de que me gusta mirarte, y necesito, aunque no creas
seguir mirándote.
Me gusta.
Pero no es lo necesario para que siga viviendo, me cuentan.
Y si es que acaso, me quedara a vivir en lo infinito, igual no encontraría, una manera
de hacer que mis ojos no paren de observarte, porque ya no quiero hacer otra cosa,
más que encontrar, y si se puede mujer, dejar, el sentido por el cual comencé a hacerlo.
Y explìcame, porque algunas cosas no entiendo, las palabras, las miradas, lo extraño
el tiempo, el mundo, ¿mañana?...
Pero recuerdo que quizás no tienes futuro, o es que yo soy el que te dejé, en mis cuentos,
como un recuerdo para mirar toda la vida, a los niños no les gustas, pero puedo escribir, y escribir y seguir así, por lo que me queda, para hacer de ti una historia
no te prometo que le guste a todo el mundo, pero a ti, te va a encantar.