viernes, 5 de marzo de 2010

Dos Deseos


Se te fue el perdón por sonde sea

porque si no se hizo la materia de un milagro, fue porque estos no existen

y todos el resto, que se mueran porque así, se nos hizo

la locura, y el alcohol, el día y la noche.


El mundo se nos hizo pequeño, para el amor

se fue hacia el traste de lo idóneo, eres más que una putita farsante

y yo un desplumado sin pensamientos, sin palabras, sin nada

lo que se armó, fue quizás un momento en la tarde, cuando el sol estaba dormido.


Y si la locura no fue suficiente, culpa entonces al odio irresponsable

al que con el mundo, has armado, mujer, mujer, ¿Tanto odio?

y dicen que la malas, como no saberlo, son las que uno nunca se cansa

poco, entonces es lo que encontramos.


Confudiendote en mis sueños, porque se me hizo largo

nunca más en las tardes, el sol quiso dormir

los pecados, y las palabras, de la putita farsante

y del desplumado poeta.


Las miradas, ¿te olvidaste?, las mariposas muertas en tus cabellos dorados

la piel blanca, donde dices que los dioses te conceden dos deseos

la mujer que, sin entendimiento supremo, pudo hacerme olvidar todo

incluso que ella misma existía, y aunque me averguenzo de dejarla...



Con tal mujer nunca más querría despertar. Ese es uno de mis deseos.


El segundo es nunca dejar de ser un maldito irresponsable.