
¿Qué haces si se te caen las manos?, ¿qué haces si nos quedamos sin nombres?
si en las mañanas eternas, de los días pecaminosos,
los ojos no se te volvieran a abrir
¿Qué se hace, mujer?
que nos queda, si no hacer de nosotros la fanfarria irónica de los cuentos
de los perdidos instantes divagantes de nuestra memoria,
¿Qué se hace, mujer?, si al volver nos queda el terror sinuoso
de las noches que se fueron yendo,
de los momentos atroces de la desgracia compartida
del si no de nuestros intimos secretos, cual abraxas despiadado
nos mostrase el camino hacia lo eterno,
¿Que haremos cuando tengas más edad?
cuando al despertar te des cuenta de que no eres bella, una ves más
y que las cosas que recité en miles de hojas y lapices
no solo fueron, la sinfonía de tocarte y besarte, en las preguntas que no me respondiste
si no más bien, experimentar junto a ti, la ironía de ser hombre
te burlaste, ¿Qué hago yo, mujer?
cuando me dé cuenta de que no exististe nunca, y que sólo fuiste
al parecer, una mujer más
¿Qué se hace, mujer?
cuando lo intento, y por más que quiero
me reconozco a mi mismo, y me digo que las tardes quizás
no fueron tan culposas, que los rojos vacíos, se sintieron luego, después
y que poco a poco, mujer, fui yo el que cayó, ante ti
me rendí, enamorado, me volví loco
ensayando el que decir, y por la culpa irresponsable
de creer que eres tú, la que yo necesitaba
quiero adorarte, por el tiempo que yo quiera
y amarte, así, sin que nadie sepa,
sin que nadie me diga que tengo que hacerte, en secreto
quizás así lentamente, me fuera olvidando
o si no es así, solo queda algo por decir...
¿Qué se hace, mujer...para no volverse loco?