
Preciado, presumido, y, arruinado
inquieto en la tumba , sepultado en horas
los minutos y segundos no bastan para mandar su cuerpo,
hacia lo infinito, de los incesantes años
Lo alto y lo bajo, te hace sentir bien, y eso es bueno
los precios, desbaratados en almas penantes
las almas quietas, en los campos de piernas
las perras dulces, aquellas de las calles perdidas
Mis balcones desterrados de miseria, lo sucio de la ropa íntima
y Ud, abierta de piernas; los amigos invisibles del bar inexistente
el café de las dos de la mañana, y si tienes algo que pedir,
sólo buscame, en los abrazos fantasmas, de las antros de Lima.
Y si quiero dejarla satisfecha, solo tienes que llamarme,
que con gusto iré, a amarla de noche, de día, y de tarde,
no tan tarde como quiero, pero si tanto como gustas.
Y de no creer Ud en lo que digo, deja sentado por escrito
que el hombre que aquí le escribe, el que está allá, al otro lado de su rostro
al que beso, al que abrazo, no pide más, que Ud lo mire
aunque ni para eso, él, ya sirva.