
Los enfermos tristes, bajo la mesa de los sueños
los trapos tirados debajo de nuestras noches
las luces, sin memoria gratuita
soy más de lo que hago, gritos escapados
gritos sin dolor bajo las alfombras, el cuerpo duele
pregunto, ¿no lo sientes?
quiero dormir por horas, sin mirar las sombras
esas malditas que se pasan riéndose de mí,
¿no las ves?, ¿en donde estás?, ¿qué no ves?
dime sincera, muéstrate como eres,
no más juegos, te lo pido
ten piedad del cuerpo, ten piedad de mí
déjame morir aquí, debajo del arco iris
en algún lugar déjame morir
sin más memorias de las que te llevas ahora
sin más que los años
sin más que las voces gritando en mi cabeza
déjame morir aquí, te lo ruego
¿no me ves?, ¿no me sientes?
deja que el Gran Rama me lleve
suelta mis ataduras al aire, que la lluvia moje mi cara
y que mis cabellos se empapen de tu perfume
que mis manos se lleven muertas,
la triste memoria de saber que vives,
regálame tu virgen puta, atada al altar de la misericordia
dame bondad, a mi nueva vida se le escapa,
se le escapa como el sol de tarde, en donde no existe nada
Mis ojos, mi boca, mis manos, mi cuerpo;
déjame morir, aquí. Deja que el Gran Rama me lleve.