
Hablo así de mis ideas,
invento minutos para no querer nada,
deseo el pleno espectáculo de los hijos caídos,
y los brazos abiertos de mi sentido anatómico,
mis orejas especulan frecuentes a sonidos vacíos,
entiendo, pero no por mucho,
el camino secreto de los años pasados,
las horas fugaces de las calles pintadas, ¿las noches?.
Trepando indeciso, puedo caer,
cantando sordo, no me escucharás...
Escribo mil lineas de una emoción, y terco,
vacío la tinta cara de mi pluma obsoleta,
por nos saber nada, no quiere cambiar
invento más minutos, risas al fondo del comedor
las emociones ahora, aparecen en corcheas;
campos fértiles de peludos gigantes,
secretos eróticos de mujeres morenas ,
enfermo desquiciado con cuadro depresivo.
Con ojos grandes de pupilas rotas, quemadas
juegos interactivos de tocadas indebidas, aplausos raudos
tocando, mirando, escribiendo, inventando;
!Canta, canta, canta, canta!
Espejismo deseado de las hojas amarillas,
la nariz roja de los diez años, y el soplo en la nuca de los trece
acaramelado desierto colectivo impresionista,
leyendo y escribiendo, la bala se me fue por la sien,
cien gotas de repulso sanguíneo devastaron la pared blanca,
y la lágrima peregrina me dio primeros auxilios;
!Viste, viste, viste, viste¡
Sé que haces por él,
tocata amargada de notas a descompás,
sube el tono, sube el tono, pianissimo...
Baja el viento de las olas alegres en la playa olvidada,
sírveme carne podrida en platos de agua,
tomate conmigo el Ouzo,
que enérgico se levanta desterrado,
!Que palmas blancas!
despide el olor macerado de la carne quemada.
Y verte en mi boca el sabor infame de la derrota,
que sienta yo el tranquilo descenso de los albores fuertes
que el público, allá fuera, piense conmigo el término de mi locura,
que el viejo pino, acabado sin piedad,
me acompañe en mi sepelio, hagan de él
lo que hicieron conmigo :
Conviértanlo antes de morir,
en el remedio concebido de un viaje sin retorno.