
Pasos enteros cruzan la cerca,
los maderos llorosos, antiguos recuerdos humeantes
desata la casa, el sol de día en el fogón del fondo,
las piedrecillas mal formadas de estos sueños,
las paredes redondas de un claro caminito de agua,
los niños sucios con esa desfachatez, los solitarios juegos
trepantes situaciones de mojadas,
canciones bajo las lunas enteras de las cuerdas,
mi escrito ferviente de tantas noches en vela,
regresa el mismo trepante, infame, persistente,
regresa con los ojos, la flor blanca en mano
regresa siempre,
como un flaco suspiro de hierba en el alba,
como humo celeste de la cacerola en el fogón,
la lucha perenne de las mañanas frescas,
las fresas con higo de los domingos inmortales,
Chico, eres el sol de mis días,
eres mi fe creciente de los sábados apagados,
eres el futuro de mi semilla,
chico, "Sos el mundo bajo la almohada"
el peso, que en esta vida eh de llevar.
Diseños eternos de esos sueños,
la carga pesada de los errores, la espalda torcida
la casita con el fuego adentro,
los pisos y sus piedrecillas,
mis manos, con juegos resucitados de esos ojos,
el cuento escrito, de las noches
el arrullo, que gota a gota se resbaló,
viajo por las piernas de un hombre cansado,
salio en los zapatos del viejo,
cruzó media colina, bajo la helada del alba,
y me alcanzó:
Perfecto estado de melancolía,
Perfecto recuerdo podrido,
Perfecto amante desquisiado,
Perfecta mente heredada,
Perfecto suicidio caído,
Eterno joven de sueños fríos.
Lo hago, que el amor sea el cuento perdido,
los senos eternos, las gotas en tus labios,
el sudor compartido, el mismo aliento;
Que el amor sea lo que el viejo soñó bajo su almohada.