
Con mis ojos cerrados de noche, sin manos
solo, con sueños acerca de lo que ocurre
con imágenes en mi mente flotando
sin el tiempo detenido para observar bien
las desiciones que se fueron dejando, allá;
a donde no puedo volver,
en el sueño sin guía, se me acaban los destinos
las canciones y las letras impresas
de cuando todo tenía algo de sentido,
sin acabarme yo mismo de no tenerlo,
y reír de lo que hice, tal como si fuera un pequeño juego
y volver a hablar, sin temor a mirar
volver a correr, sin miedo a caer
volver a escribir, tal como siempre
volver a los días infinitos con los soles, allá, bien bien arriba
sin tocar, con los dedos las horas que pasaban por ellos
solo gritar, y en los días de lluvia salir con una mano en el bolsillo
y la otra en el agua, sintiendo, lo que había olvidado
sintiendo la verdadera libertad, sin temor a lo que haga despues
solo, estando seguro de que no volveré a ser como antes
sin miedos, sin mundos, sin días,
y sobre todo sin odio,
sin acabarme las horas en mundo sin sentido
tal como era todo antes de decidir quien soy.