
Quieta en la silla del olvido, habla de él
ella lo ama, y es ella la que lo quiere
buscando su mirada en las paredes rojas
en los espejos viejos
En donde el sinuoso día a día de su vida
la va matando de la memoria de su amor
la va estrangulando en el sonido de su vos
en sus manos de marino, su piel quemada
En donde la sonrisa de la mujer todo caía
las mariposas que volaban, sobre el amor
en el humo de sus ojos, sobre su mente
como el cobarde que nunca dijo lo que amaba
Que las caricias que caían, sobre sus cabellos
mis recuerdos y los de ella, los besos asesinos
que la noche perforaban, silenciosos en sus gemidos
silenciosos en sus recuerdos, sobre el mar
Allá en el fondo de la vida, allá en donde todo muere
es con quien deseo de ser
es con quien ella se a marchado
dejando al hombre...dejando el amor
Rompiéndole el alma en pedazos
cae en la cuenta de que él ya no es el poeta
ya no es la misma piel, que él a muerto
en el fondo de la vida...en el fondo de ella
Su sonrisa, sentada en la silla del olvido
también lo a olvidado, y se olvida de él
como lo conoció, como lo amó
se pierde en su memoria.
De donde ya nunca podrá sacarlo...muerto en ella él a quedado.