
Aplausos raudos en la mente
acicala, entre sus manos el suspiro
el susurro de la vos, que entre las piernas se escapa
en la memoria del agua que su cuerpo llovìa.
Angustioso momento vivo del recuerdo
se trepaba en mis balcones del lejano paraíso
en mi casa con la madera, en la sala con el piso
llenaba el mundo con su agonía
Verde entonces convertía a mi gente
en su música que todo empapaba
que con sus manos acunaba, la canción de violín
en el fondo de la vida
En donde las cosas se perdían entre nuestras noches
en donde ella bailaba, en el cielo negro del momento
en donde sus pies se tornaban rosas
se vivía entonces los sueños del mañana
La mañana, la que todo adornaba, con el sol bien alto
con el calor que de sus fauces bajaba, quemaba
los ojos pegados en su belleza que se extinguía
todos nuestros sueños, entonces ella moría.
Al canto de la noche volvía mojada
trepaba mi balcón en silencio
me tocaba...me enredaba...me acariciaba
es cuando el canto de ella, en mis sueños volvía.