
Aprendiste a ser el dulce sangriento
que en noches distantes cantaba sereno sobre mi cama
aprendiste a ser la luz fría que en días desiertos
amaba el sentido de la razón
Inolvidable eres el amor, entre las cortinas cortantes
que hieren el deseo amargo, del amante perdido
de los años pasados, en nubes, del humo
que hería nuestra alma
Sonríes tranquila al entender la tristeza que el mundo existe
que esta despierta, sobre tu piel, andante,
entre música, despierta el tintineo del día siguiente
en donde tus ojos recrean la cruz que en la espalda llevo
En donde el amor carece de forma definida
en donde las manos sangrando acarician el sol
el tiempo que queda entre nosotros
es más del que hubiéramos querido
Tristeza cae sobre el cielo nublado de octubre
en donde sus gruesas gotas rompen el piso templado
en donde sus gruesas gotas rompen el corazón desnudo
que en la calle mojada yace dormido.