
Empiezo siendo el aún del momento
tentando al anonimato entero, extraño
tus cabellos y tu reflejo muriendo sobre el agua
con la sangre inacabable que dormida piensa
Se desprende de sus ropas y me a mirado
me gusta entre lo verde de su alma
me come con la mirada penetrante que entre la ventana nace
que entre sus piernas me observa
Como el bien que derrama con el cuerpo
increpa el sentido de la inocencia
me arma de miedos inquietos que rebozan
sobre ella, que ya ni siquiera me a importado
Busco entre la tristes mañanas el sol
busco en las etiquetas de nuestras bebidas
amables derrames desquisiados de locura
con el humo que nace entre la cama
Con la tranquila alma que en la cama se esfuma
con el lujurioso deseo que me invade al mirarla
y con el humo que palpita vivo sobre sus cabellos
que me a despertado sonriente,
como si ella realmente existiera
Entre los tenebrosos momentos del sentido
abre paso el tiempo de la muerte
el paso entre nuestras ropas y la puerta
entre un café y un beso inconsciente
En creer que me amas, y alterar todo
desde la mañana no entiendo lo que sigue
no entiendo porque no hablas
no veo el momento en el que soy parte de ti
en donde me hago poeta casi como se hace la noche
en donde ya no veo la hora de volver a donde estabas
y dormirme quieto entre tu brazos
de sentir que aún somos algo, aunque ya ni me acuerde porque te buscaba.