
Pienso en la memoria de algunas tardes sin sol
las láminas pausadas bajaban en verano
y calentaban el sueño de los niños
los juegos divertidos, y los gritos
Pienso en las noches de invierno
en donde los cuerpos se miraban
ya más alto, sin memoria
era un rincón, al costado de una loca
Miro la hojas del parque, vacío
las personas que en otoño caminaban perforadas
los pasos que sonaban en la acera,
los besos de enamorados sin cabezas
Era primavera, entonces, la más sublime fantasía
la que en solo media hora terminaba
las helados en barquillo, las estatuas inclinadas
los hombres y mujeres, que buscaban las flores,
en los bancos muertos y acabados
Las camisas, y el cuello perfumado, ardían de pasión
las noches de todos los años, las lunas que llegaron
los soles que se fueron, dejándonos tristes y secos
secos como lo son, y serán, los eternos corazones en el parque.
Conversando del invierno, del verano, del otoño, y de los segundos que duró la vida plena.