
La sangre que brotó en el vientre
las uñas clavadas en los ojos de él
los ojos de ellas que doblaban la sinfónica
el rock ardiente que en la cama chillaba
Los mundo pegados en las sábanas
el color, el amor, el dolor
los gritos aaaahhhhhhhhhhhhhhhh
los gritos aaaahhhhhhhhhhhhhhhh
ahhhhhh ahhhhhhhhhh ahhhhhhhhh ahhhhhhhh
el sonido de la vida
ahhhhhh ahhhhhhhhhh ahhhhhhhhh ahhhhhhhh
el mundo que se despegaba de su matriz hirviente
La mujer que destrozaba, el momento en el tiempo
las lunas que caían en el piso
el sudor, que todo mojaba
las manos agarradas al fin de la historia
ellaaaaaaa ellaaaaaaa...miraba y miraba
la música que en los oídos sonaba
los ángeles desnudos que le cantaban desde el techo
y él, apoyado, sobre el mundo que existe en la matriz hirviente
Las de ella, las de él, la magia que inundaba el sentido
los minutos que corrían en la gloria
los olores desprendidos de la memoria
las luces rojas, en la habitación cerrada
El momento venia en el cielo
los dioses que bajaban danzando sobre el aire
sobre el mundo, de ellos
los dioses que bailaban al ritmo de sus gritos
al ritmo de sus noches.
Las de ella, y las de él, se quedaron para siempre
allá bien alto con los dioses, en donde ni toda la gloria
sirvió para regresar,
para regresar a aquella noche, en el infinito universo.