
Podrido es el augurio de mis noches
de esos tus ojos,
arrimado, rencoroso de tus horas
fastidiado,
fastidioso, como el tenue alumbre de tus ventanas.
Extinto voy andando
cual poeta sin musa, sin pluma que lo aguante
soy bizarro de tus recuerdos,
loco mundano de tus deseos,
amargo ciclo del mes entero,
¡Como voy amarte!
porque entre el miedo se ah desmenuzado el alma,
el alma mía,
aquella secreta de nuestro tiempo,
aquella que entre la música me espera
sentada, quizá.
Me despierto,
y veo el sol furibundo entre los fierros
las sombras de luz y el frío
me desangran,
me carcome el anuncio entregado de tus manos
me seduce
el dulce almíbar de lo inexplorado;
Porque está podrido el agravio,
está sucio y olvidado,
como el poeta muerto, solo, desamparado
que sus calles no perdona
que su musa le ah faltado
como él,
noches en mi mente tu has creado.